Voluntarios europeos recogen cinco contenedores de basura en Las Cruces

Son jóvenes procedentes de distintos países de Europa, que  llegaron a Villena  el pasado 28 de julio con ganas de trabajar y con un objetivo concreto-  mejorar una pequeña parte del entorno natural de la localidad. En su corta estancia y tras la labor realizada en el paraje de Las Cruces, ayer se marcharon  satisfechos de su paso por España

Los veintiún participantes del programa de voluntariado medioambiental de Amiticia,   realizaron la limpieza y acondicionamiento de una parte del extenso paraje de Las Cruces, una de las zonas verdes más transitadas por los vecinos, debido a su proximidad con el casco urbano.

Botellas, escombros, plásticos, latas de  refrescos, electrodomésticos, e incluso un colchón se han encontrado en esta zona, que desde hacía años no se llevaba a cabo una actuación intensiva de acondicionamiento. Al final de su intervención recogieron  cinco contenedores de basura. “El objetivo era limpiar la zona e iniciar un jardín vertical, aunque nos hemos encontrado con más residuos de lo esperado”, afirmó Conchi Beltrán, organizadora del programa de voluntariado. De ahí que sólo se haya trabajado en la  recuperación de dos zonas del paraje, la situada entre la explanada donde  antiguamente estaba la ermita y la nueva zona de merenderos habilitada tras la construcción del segundo túnel de la autovía A- 31.  Beltrán indicó que con continuarán el proyecto y la realización del jardín con un segundo grupo de voluntarios que llegarán en agosto a Villena.

Ni el calor, ni el esfuerzo físico han sido  un obstáculo para estos jóvenes. “Este grupo está muy concienciado de que han venido a España a mejorar, con su esfuerzo, un entorno natural y de hecho, no comprenden que haya que parar diez minutos a descansar, beber agua y coger fuerzas. Quieren acabar el trabajo y se sienten orgullos de ello”, señaló Francisco Barceló, organizador del proyecto en Villena.

Además, de mejorar el entorno el programa de Amiticia tiene como fin dar a conocer el patrimonio y la cultura de la población, por lo que los jóvenes de Ucrania, Rusia, Francia y Finlandia que han participado en Villena, han visitado los monumentos y organismo más singulares de la localidad. De todos los lugares donde han estado, el Castillo de la Atalaya, es lo que más les ha impresionado. En cuanto a la gastronomía, se quedan con “la tortilla y el zarangollo”, indicaba Iván, ingeniero informático de Ucrania. Asimismo, también han conocido la cocina de los países de los participantes, “cada día un componente del grupo hacía la cena, con productos típicos de su país, con el fin de conocer las distintas culturas”, comentó Barceló.