Un pasacalles sin incidentes

El Pasacalles de Villena, que anuncia la proximidad de las fiestas de Moros y Cristianos, llenó de pólvora y estruendo, a lo largo de dos horas y media, las vías más céntricas de la ciudad. El acto, que se celebra el último domingo del mes de agosto, transcurrió, «sin incidente alguno», según indicó el presidente de la Junta Central de Fiestas, Antonio Navajas. 
Más de 300 kilos de pólvora se dispararon en un recorrido que cumple con todas las medidas de seguridad pertinentes y con un dispositivo sanitario que cubre el itinerario al completo. Por razones de seguridad, el pasado año se varió el paso por las calles más tradicionales, las del Rabal, en un itinerario que este año se ha consolidado. 
Tras los arcabuceros de cada una de las catorce comparsas, llegó la música con los cargos y las autoridades festeras y civiles. A la Banda Municipal de Música le siguió una marea humana, que ataviados con sus camisetas de peñas y comparsas calentaron motores para los días grandes, que tendrán lugar del 4 al 9 de septiembre. 
El final de acto inundó de humo y del sonido atronador de las armas la plaza de Santiago, mientras los alféreces de las catorce comparsas rodaron las banderas. Así, se puso el punto final a una mañana festera a la espera de una tarde dedicada a la patrona. 
El del domingo por la mañana es el acto en que más pólvora se dispara de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Por la noche, en la bienvenida a la patrona, los arcabuceros también participan en el paseo que lleva a la Virgen desde la iglesia de María Auxiliadora hasta la de Santiago. Así, el último domingo de agosto, el material explosivo es uno de los grandes protagonistas de la jornada.