Más de 30 operarios recogen toneladas de basura de la zona de acampada del Aupa

Toneladas de bolsas de basura están recogiendo los más de treinta operarios de la zona de acampada en la que durante tres días vivieron los asistentes al festival Aupa Lumbreiras, celebrado en el polideportivo municipal de Villena. Durante la mañana de hoy siguen las labores de limpieza.

Desde primera hora del día de ayer se apilaron miles de bolsas llenas de botellas de plástico y vidrio en dos grandes contenedores. A cuarenta grados bajo el sol, los trabajadores intentaron devolver a la normalidad los terrenos de la finca “El Caracol”, que quedaron  cubiertos de desperdicios al levantar las tiendas de campaña en la mañana del domingo.
El Ayuntamiento y la promotora realizaron con carácter previo una auditoria del estado de las instalaciones deportivas. Según el edil de Juventud y Deportes, Pablo Juan Martínez, “así se pueden valorar los diferentes desperfectos”, que se verán cuando se desmonten todos los escenarios en los que resta de semana.
En un primer balance, Martínez apreció como “todo un éxito la afluencia de público, una media de 12.000 cada día, y de organización”. Martínez señaló que “hay que esperar a recibir el informe de impacto económico que va a realizar la Universidad de Alicante”, al tiempo que señaló que “a primera vista ha sido positivo, pero deberá de evaluarlo la hostelería y el comercio local”.

Seguridad
La concejalía de Juventud recogió ayer las primeras cifras estimativas que ha dejado el Aupa Lumbreiras. Sin números concretos, se estimó que el dispositivo de seguridad, formado por Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil, contó con cerca de 180 efectivos.
Asimismo, Martínez reconoció que uno grandes fallos de seguridad se produjo en la carretera de Biar. Los asistentes al festival derribaron la valla para acceder al recinto, provocando un grave riesgo de accidentes.

Cruz Roja
También la asamblea de Cruz Roja calculó los servicios realizados en los tres días del festival de la resistencia. Su coordinador, Javier Gandía informó que “se atendieron a un total de 308 personas de las que 19 se trasladaron al centro sanitario integrado”. La mayoría de los cuidados médicos se debieron a traumatismos como esguinces y torceduras así como a alergias, ampollas en los pies y algún ataque de ansiedad.
En el pabellón cubierto del polideportivo municipal se instaló un punto de atención médica que reforzó Cruz Roja en las horas de mayor afluencia con un enfermero. Dos de las ambulancias de la ONG se apostaron a las 12 de la mañana del jueves pasado y permanecieron hasta las ocho de la mañana del domingo. Otras dos se sumaron al servicio en las horas más calurosas.