Las familias, un puntal en la recuperación del alcohólico

  • 15 noviembre, 2011
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Las familias, un puntal en la recuperación del alcohólico

Paqui Pardo y Virtu Cabanes son mujeres de alcohólicos rehabilitados. Las dos muestran con orgullo el esfuerzo de sus maridos por salir del pozo, por lograr curarse. No obstante, el camino ha sido díficil.

Paqui y Virtu decidieron un buen día tomar las riendas de sus familias y acudir a APAEX (Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Villena). Gloria Do Nascimento, psícologa de la asociación, señala que “cada caso es distinto, pero en la mayoría de ellos son los familiares (madres, esposa, hijos, hermanos) quienes se acercan a informarse y a pedir ayuda. A veces tardan en volver con el enfermo: unos días, otros meses”. Prosigue diciendo que “al final vienen para que su mujer se calle, otras para que les diga que están equivocadas y ellos no son alcohólicos y en otras, la menos,  ya empiezan a ser conscientes de su problema”.

Cuando deciden entrar a formar parte de los grupos de terapia, se acabó la posibilidad de beber una copa. Entoncés, las familias tienen que empezar a cambiar los hábitos: salen más, conversan más, todo para no pensar en tomarse una copa. Tienen que asistir a los dos grupos de terapia: uno para alcohólicos y otros para parejas.  Pardo señala “hay que ayudarles un poquito”, quitándole mérito a su labor. Ante estas palabras la psícologa comenta “las familias tienen que apoyarles mucho, sobre todo al principio”.

Las familias se ven, en la terapia, respaldadas. Lo que no han podido contarles a sus padres, empiezan a verbalizarlo en el grupo. “Sentimos -comenta Cabanes- que otras personas que han pasado por lo mismo que nosotras. El grupo se convierte en tu familia”. “A veces a los hermanos, a tus padres no le puedes contar lo que te está pasando, porque aunque lo intuyan no quieres que se averguencen de él” puntualiza Virtu. Mientras para Paqui el mayor problema fue ocultar a sus hijos el problema. Confiesa que “quieres que le respeten, no quieres que vean  que hace su padre. Aunque luego reconoces que, de alguna manera, ya lo sabían”.  

El 15 de noviembre es el día sin alcohol. Las familias, los enfermos se esfuerzan en decir que hay una solución al alcoholismo. Paqui y Virtu afirman que “si con nuestro testimonio podemos hacer que otras familias resuelvan el problema vale la pena contarlo”. Pero no todas, las familias son capaces de dar este paso. Reconocerse como alcohólico sigue siendo un estigma social para ellos y sus familias.

Mujeres

“Si la enfermedad del alcoholismo es díficil reconocerla para un hombre, mucho más lo es para una mujer” subraya Gloria Do Nascimento. La psícologa habla de alcoholicos en masculino y de familias y parejas en femenino. El 100% de quienes acuden a la terapia de grupo son hombres. Algunas mujeres van a su despacho conscientes de su situación, pero solas. Ahora parece que llegan algunas acompañadas de sus maridos. El alcoholismo en la mujer es una adicción que se esconde en casa. Gloria aclara “todavía hay más vergüenza que cuando la sufre un hombre”. En el argot popular sigue instalada la frase de “si está feo ver un hombre borracho, mucho peor es verlo en una mujer”. 

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