Enero: Doces meses, doce motivos
- 14 enero, 2025
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Con la navidad pasada, el árbol y los adornos quitados; y con la vuelta al cole y al trabajo tras las vacaciones o algunos días festivos, volvemos a la rutina con una realidad muy marcada.
Y también con la famosa lista de propósitos de año nuevo.
-Apuntarme al gym (¡¡y también ir claro!!)
-Ser más constante
-Quedar más con mis amig@s
-Llevar una alimentación más saludable
-Empezar la terapia psicológica
¿Hacemos una cosa? Vamos a dejar las listas de propósitos para el año que viene…
Pero sí que os voy a pedir que hagáis balance del 2024 porque soy muy partícipe de analizar, aprender y digerir lo vivido. Eso nos ayuda a situarnos en el presente y marca una hoja de ruta a seguir.
Como profesional, me queda una sensación general de ganas de terminar el año pasado. Pero claro, lo hago desde las gafas profesionales y a consulta no venís a compartirme lo bien que estáis precisamente (aunque me encantaría).
Si me dejo llevar por la ola Mr. Wonderful de positivismo, hasta yo misma voy a tope con los propósitos que, sin darme cuenta, me marco. Es inevitable no marcarnos objetivos.
Pero lo que no hago y me gustaría que no hicieseis, es hacerlo bajo presión.
Porque si lo hacemos a través de exigencia o imposición, cuando no los cumplimos, aparece la culpa (sí, esa que parece que no hace nada) pero os aseguro que es muy mala compañera de viaje, porque lo que hace sin darnos cuenta, es inmovilizarnos.
La culpa incapacita. La responsabilidad, moviliza.
En terapia, me gusta haceros conscientes del aquí y el ahora. De las necesidades que tenéis en este momento en función de las cosas vividas y el futuro próximo.
Si en vuestra reflexión personal, la cual sí que os animo a hacer, llegáis a la conclusión de que hay cosas que podéis mejorar (todos las tenemos) y os marcáis ciertos objetivos, vamos a plantearlos bien.
-Primero, que sean objetivos claros.
-Segundo, que sean alcanzables y realistas.
-Tercero, ser condescendiente con uno mismo. Darnos el tiempo, la paciencia, las formas y las herramientas necesarias para conseguirlo.
El 2024 a mí me ha enseñado, entre otras cosas, que lo que vemos en redes es falso. Y muchos me diréis que es algo obvio y que no muestro nada nuevo. Quizás el enfoque que os quiero compartir sí.
Si nos vamos por la parte física, en redes encontramos un self service de cuerpos bonitos, con mil filtros, con poses, tomas, maquillajes y retoques (sin entrar a mencionar la inteligencia artificial).
Si nos vamos por la parte vivencial, la gran mayoría de usuarios publican (o publicamos) momentos felices, idílicos, idóneos…como si la tristeza o los obstáculos no tuviesen cabida en la vida.
Y claro, ¿tú que publicas? No vas a subir una foto tuya llorando, tras un mal día en el trabajo o en la cola del paro.
Que sí, que hay gente que ya empieza a darle normalidad a lo que ocurre en la vida y sabe discernir, pero sigue sin ser la mayoría. Sobre todo si hablamos de cerebros en desarrollo como son los de los adolescentes.
Este año, en mis terapias, ha sido un tema que ha salido bastante, viniendo de situaciones diferentes y por eso he querido darle visibilidad.
Por ello, sirva este escrito a modo de alegato para que os deis cuenta de que en las redes sociales sólo se ve la parte que la persona quiere enseñar. No todo es tan bonito y perfecto.
Porque vida tenemos todos y en ella vivimos cosas buenas y malas, que nos alegran y enseñan, que nos hacen reir y llorar, que nos impulsan a avanzar o nos paralizan.
No os comparéis con nada ni con nadie y, como primer objetivo en este 2025 os animo a que empecéis a mirar a través de vosotros mismos.
De vuestros ojos. Vuestras vivencias, vuestro sentir. Y si algo no os cuadra o no sabéis como gestionarlo, entonces buscar ayuda profesional.
Pero que vuestro reto seáis vosotros mismos.
La terapia psicológica es la mejor inversión que podéis hacer porque es algo que os va a beneficiar directamente a vosotros. Independientemente de lo que motive el inicio.
Como seres únicos, somos generadores de cambio y si conseguimos darle valor a ese poder, conseguiremos un desarrollo personal que, aunque no se vea reflejado de la forma que pensamos (por eso es mejor no generar expectativas) nos hará sentir importantes, pues habremos tomado las riendas de nuestra vida.
Y tú, ¿quieres tomar las riendas de tu vida en este 2025?