Un, dos, tres

Responda otra vez. 

Se nos ha muerto Mayra, Mayra Gómez Kemp, y digo “se nos ha muerto” porque ella era un poco de todos los que la seguimos durante mucho tiempo como presentadora del Concurso del “Un, Dos, Tres”. En su larga trayectoria artística hay muchas otras cosas, pero para  la gente de mi generación es la presentadora del “Un, Dos, Tres” por excelencia:  carismática, elegante, de voz cálida, dicción perfecta. 

 Hubo otros presentadores también emblemáticos y que también  se llevaron un trocito de nuestros recuerdos al morir, Kiko en la primera etapa del programa o Jordi Estadella, entre otros.

Y es que el conocido programa fue algo más que un concurso. Fue  un espectáculo de variedades, con  números musicales y coreografías perfectamente cuidadas,  y también  escenario y trampolín para humoristas, cantantes, magos, actores…  Todos ellos llegaban a nuestras casas los viernes por la noche y nos encontraban sentados frente a la tele, grandes y pequeños, en tensión continua hasta saber si los concursantes conseguían el apartamento en Torrevieja, en  la Manga, el coche, la lavadora, una importante cantidad de dinero o si por lo contrario, se arriesgaban  y acababan perdiéndolo todo. ¡Diversión en familia!, como con los juegos reunidos Jeiper. 

Pero es que además de la diversión y el entretenimiento el programa consiguió crear conexiones emocionales entre  los telespectadores porque lo que nos gustaba de verdad era sentarnos todos a ver la tele y disfrutarla juntos.  Los viernes, diversión. Las tardes de los sábados, algo más melodramáticos con Heidi, Marco y La Casa de la Pradera. Uf, a moco tendido.

Pero aún tenemos que ir  más allá porque  “El Un, Dos, Tres” también dejó una huella indeleble en la cultura popular española. Muchas frases  y “muletillas” del programa se convirtieron en parte del léxico cotidiano, por ejemplo, la frase con la que se presentaba a los concursantes: “ Fulanico y Menganica, son amigos y residentes en ciudad, provincia determinada”. O la frase de las azafatas cuando, calculadora en mano,  recitaban aquel “ Han sido X respuestas acertadas a tantas pesetas cada una, hacen un total de …pesetas”. 

O  las Tacañonas  y  su “ campana y se acabó”  para indicar que el tiempo de los concursantes para contestar o elegir, había llegado a su fin. 

Otras muchas frases las  recordamos dichas por los “personajes cómicos” que hacían su aparición de forma simuladamente espontánea,  interrumpiendo el curso normal del programa, dígase mismamente  las del Dúo Sacapuntas, que nos enseñaron que la plaza estaba “abarrotá” o el “veintidó, veintidó, veintidó”. Y  las de Angel Garó, “Esta  va a ser la refinitiva”, o  “Cuidado con el escalón, mamá”, o de La Bombi, “ ¿por qué seraaá?, Antonio Ozores con su “No, hija no”. También recordaréis la de “¿Nos alabamos? Hala vamos, hala venimos” de las Hermanas Hurtado, o el “piticlín, piticlín de Bigote Arrocet entre las más destacadas.

Seguro que algunas de ellas las has repetido más de una vez sin recordar que las escuchaste por primera vez en el “UN DOS, TRES”

Incluso la frase que daba paso a la publicidad. ¿No recordáis aquél “Un dos tres, un dos tres, dentro de un momento volvemos otra vez”? ¿A que sí?

Y  como no, las famosas tarjetitas y el “y hasta aquí puedo leer” . Me han contado que Mayra tituló así su propia biografía y que incluso en su entierro, se repartieron tarjetitas con esta frase. Difícil de olvidar.

Me reservo la última parte para las mascotas del programa, que mayoritariamente ocuparon la parte negativa. Fueron varias a lo largo de las distintas etapas que tuvo. Pero en mi recuerdo, sin duda,  la icónica  Ruperta, la calabaza redondita, naranja y sonriente y que sin embargo fue la más temida por los concursantes porque arrasaba con todos los premios y  los dejaba  con una manita delante y otra detrás. Después llegaron otras “mascotas” como Botilde   etc. pero en la mayoría de nosotros pervive con insistencia el recuerdo de  la calabaza.

En fin, si conociste a Mayra o el programa, Un, Dos, Tres, espero que al leerme hayas sonreído recordando, recordando. Si no sabías de su existencia, tira de Google y de hemeroteca, porque visto ahora en la distancia, resulta que aquél concurso fue más original y más anticipado a la época en que se emitió, de lo que parecía.

Y hasta aquí puedo leer,