Morir antes de nacer

  • 15 octubre, 2024
  • Comentarios
Morir antes de nacer

Cada año, el 15 de octubre se conmemora el Día Mundial de concienciación  sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal dando visibilidad a este tipo  de duelo que muchas familias viven en silencio. Hasta hace apenas año y medio no  sabíamos de este duelo, pero, por desgracia, el 30 de marzo de 2023, nos tocó  vivirlo.  

A las 39 semanas de gestación, a Jimena, se le paró el corazón y, a nosotros se nos  paró el mundo. Solamente tres palabras, “NO HAY LATIDO”, hacen que tu vida  tenga un antes y un después. Tres palabras que retumban dentro de ti de por vida.  Tres palabras que hacen que “tu mundo” se detenga mientras el mundo sigue  como si nada. Tres palabras que son solo el principio del largo camino que queda  por recorrer porque – tu bebé tiene que nacer- tienes que parir, tienes que salir del  hospital con las manos vacías, con un presente roto y con un futuro nada  esperanzador.  

La muerte de un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una familia  puede atravesar, por eso, hoy, 15 de octubre, es el momento de parar, de escuchar  y de reconocer: 

La importancia de que en los hospitales existan protocolos de actuación ante esta  situación. Que los profesionales estén formados y sepan qué hacer y decir en  cada momento, porque, aunque tú estés en shock, recuerdas cada palabra que  te dicen, cómo te tratan y cómo se dirigen a tu hijo o tu hija, que, aunque ya no  tenga vida, ES, EXISTE Y ESTÁ. No se trata solo de atención médica, sino de dar  un apoyo cercano y humano que reconozca el dolor que se está viviendo. Las  familias que nos enfrentamos a esta situación no solo necesitamos consuelo,  necesitamos que nuestro dolor sea validado, que se nos dé espacio para sentir,  para llorar, para tomar decisiones difíciles. Por suerte, en nuestro caso,  estaremos eternamente agradecidos por el trato recibido a cada uno/a de  las/os profesionales que nos hemos encontrado por el camino desde ese día 30  de marzo. Gracias en especial a Elena, nuestra matrona especializada en duelo, que nos ha acompañado desde el minuto cero y lo sigue haciendo hasta día de  hoy.  

Todos entendemos que la muerte es parte de la vida, pero aun así es un tema que  en ocasiones se intenta evitar porque parece que hablar de ello genera  incomodidad. Esto se nota aún más cuando la muerte ocurre antes o poco después  de nacer porque ese duelo suele quedar en lo personal, como si fuera un dolor  invisible. La sociedad, en su urgencia por avanzar, a menudo no sabe cómo lidiar 

con este tipo de duelo y tiende a decir frases desafortunadas como “puedes tener  otro”, “no tenía que ser”, “tienes que animarte”, “mejor ahora que no después”, … como si la magnitud de la pérdida dependiera del tiempo que un bebé pasa en este  mundo. 

Cada familia transita un duelo único que debe ser respetado. Cada persona lo  vive de forma diferente, y eso no es ni bueno ni malo. Cada uno tenemos nuestro  ritmo y nuestra forma de gestionarlo.  

El duelo perinatal no es solo perder a un hijo o a una hija. También es un duelo por  un futuro que no será. Se llora por las primeras palabras que no se escucharán,  por las noches de insomnio que nunca se vivirán. Se llora por las pequeñas cosas  cotidianas que no llegarán: el primer cumpleaños, el primer diente, los primeros  pasos, las risas y los juegos. Y ese dolor queda atrapado en un silencio que pocas  veces encuentra eco en los demás. 

En este duelo, los padres o parejas no gestantes, a menudo, son los grandes  olvidados. Mientras que el foco de atención suele centrarse en nosotras, el dolor  de los padres queda muchas veces en un segundo plano asumiendo el rol de “pilar”  o “soporte” familiar y sin derecho a un permiso de paternidad o baja laboral, como  si a ellos no se les hubiese muerto también un hijo y no necesitasen tiempo para  procesar su pérdida.  

Nuestros hijos e hijas fallecidos tienen nombre y apellidos, tienen derecho a ser  recordados y a ser reconocidos. Gracias a todas las asociaciones que luchan  porque no queden en el olvido.  

Jimena nació en silencio y, aunque fue muy difícil darle el primer beso y el último,  tenerla en nuestros brazos ha sido lo más bonito que nos ha pasado y así lo  recordamos.  

Hoy, Villena se suma a la visibilización de este tipo de duelo. Gracias a la asociación  Ermita San José del Rabal por iluminar la torre de Santa María. Un gesto que para  algunos no significará nada y para otros es un mundo.  

Hoy, abrazamos muy fuerte a todas las familias que están pasando por lo mismo.

M y D, papás de Jimena Navarro Estevan.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *