De villancicos
- 30 diciembre, 2023
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Los villancicos populares son una manifestación cultural muy arraigada. Estas canciones navideñas, transmitidas de generación en generación, se han convertido en una parte esencial de las celebraciones durante las fiestas decembrinas. Se entonan con entusiasmo en las calles, creando un ambiente festivo y lleno de alegría. Los familiares y vecinos se congregan para cantar estas melodías tradicionales, acompañados de guitarras, zambombas y panderos. La música se convierte en un lenguaje común que une a la comunidad y brinda un sentido de pertenencia durante la temporada navideña.
No hay cena de Nochebuena ni comida de Navidad en la que no se canten. Se suele empezar por los villancicos clásicos como “Campana sobre campana”, “Noche de paz”, “Los peces en el río”, “ El Tamborilero”, “ Los Campanilleros” etc. Después se pasa a los villancicos populares en esencia. Los de transmisión oral que pasan de padres a hijos y que no sólo hablan de niños en portales, campanitas, burritos etc. Con los que mi madre se llevaba la palma, los que ya introducen la gracia popular aderezada con algún palabro que otro. Todos esos que se cantan con el “ande, ande, ande la marimorena”. Por ejemplo, el señor que hace botas en el portal de Belén con tan mala suerte que… o ese que está haciendo gachas, o el de la vieja que se colgaba la teta al hombro o la que se cagó en el confesionario, o los siete chiquillos que se mearon en el castillo, o el pino que plantaron en tu puerta, o ese que dice que tu madre me dice feo…
Pero para más rimas populares, pueden enviarme un correo electrónico a la dirección del periódico, y así evitaremos sofocar a los lectores más sensibles, que sería ya un puntazo que se escandalizaran por un “tetas, culo, cagarse o mearse” teniendo en cuenta lo que se escucha por ahí en la canción moderna.
Hay quien se atreve con algo chapurreao en inglés adornado con un na,na,na, pero nunca Mariah Carey, la Carey es TOP. Never, never, never se chapurrea a Mariah Carey.
Aunque en las celebraciones navideñas no se cantan únicamente villancicos. El repertorio se va ampliando según pasan las horas y al tiempo que se van evaporando misteriosamente las botellas de cava, sidra y otras bebidas espiritosas que, mezcladas con refrescos variopintos, van desinhibiendo hasta al más tímido de los congregados. Clavelitos y otros de la tuna, una rumbita de Raya Real , clásicos como “El Minero”, de A. Molina, “Mediterráneo” de Serrat, “La Romería” más conocida como “con los corderos al hombro” de Víctor, para luego dar un auténtico repaso a los grandes éxitos de los 80 y 90, destrozando canciones y letras a diestro y siniestro. Y este año cae sin duda “Nochentera”. Me lo veo venir. La música y el canto se convierten en una forma de expresión colectiva que trasciende barreras generacionales.
Cuando avanza la noche y entramos en horas bajas, cuando el sueño y la morriña aprietan, se empieza a extrañar a quienes ya no comparten mesa y mantel con nosotros y es el momento de recordar las canciones que nos legaron en esas celebraciones siempre añoradas: “El bandoler” (No em mateu, que diría mi padre), aquella de Barcelona a Mahón, de la abuela Juana y el tío Alfonso, la varita de mimbre en la mano de “Antonio Vargas Heredia”, que cantó alguna vez Manolo y por supuesto “La Zarzamora” de la Moni, por la única que yo cedía a cantar Heidi en ese dialecto chino/japonés inventado.
Menos el año en que te asesinaron, Mónica Egea Díaz. Ese año me prometí que ya no la cantaría más, que ya no daría la réplica a tu canción ni siquiera si lo pedía por aclamación popular tu familia. Pero no he cumplido. No por olvido, eso jamás, pero es que me dí cuenta de que era mejor imaginar tu risa que callar.
Tempus fugit, así que disfrutemos de lo que nos queda por vivir este 2023, en familia, en soledad, con tradiciones o tal vez huyendo de ellas, miremos con esperanza el 2024 que ya está a la vuelta de la esquina, y canten, canten a pleno pulmón. Y si quieren un vídeo mío interpretando Heidi en ese dialecto inventado con aires orientales, no lo pidan al periódico. No lo tienen. Pero pregunten, pregunten a sus amigos porque quizá alguna vez ellos lo vieron.
Feliz Navidad Villena.
FML